21 noviembre, 2010

Pepelucho

José Luís Ramírez Suárez tiene 42 años y dos hijos, un varón de 16 años que vive en Lima con sus tíos y quiere estudiar administración y una niña de 8 años que vive con él y su mujer en La Margarita, pueblo aledaño a Querecotillo, Sullana. Es Bananero desde 1983 y toda su familia se dedica a la producción de esta fruta.

Como la mayoría de comuneros, Pepelucho tiene menos de una hectárea de tierra (1/4 de hectárea), en el sector Palacio de Seda, tierras que heredó de su abuelo, don José Mercedes Suárez Juárez. Todos los días, excepto el domingo, se levanta temprano, viaja por la trocha en su moto hasta los campos de cultivo y a las 7 de la mañana ya está trabajando. Durante las siguientes 8 horas revisa cada planta de banano orgánico, cuidando que ninguna fruta se estropee para luego venderlas a una asociación exportadora. Él, como los demás bananeros, prefiere vender su fruta para exportación pues el precio, aunque no es muy gratificante, se mantiene estable durante el año. La fruta que no puede vender para exportación, la vende al mercado nacional.

Por la tarde, aproximadamente a las 4 pm, regresa a su casa y pasa el resto del día con su familia, viendo televisión y conversando con sus parientes quienes ocupan una misma cuadra del pueblo.










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